Después de tanto tiempo pude volver a compartir con mis hermanos, una cena de aniversario; bonito lugar el Mesón de Don Justo, típico local español: paella, raciones de boquerones, tortilla de patatas, patatas bravas, faltaban las patas de cerdo colgadas del techo, pero no era Madrid, es mi linda Arequipa, y si bien debo agradecer a Pedrito (Vampi) los dos años que celebré en la Madre Patria el día de mi Tuna, esta vez lo volví a hacer con "mis amarillitos".
Lamentablemente no pudimos estar todos, pero la pasamos fenomenal, recordando canciones antiguas, tocando "nuestro último hit" (en verdad que me gusta como instrumentamos HOY de Gianmarco) una pequeña ronda impensada para nuestra madrina.
La noche era propicia para que aquellos "vampiros dorados" puedan seguir con sus nocturnas vidas (y algunos lo hicieron con la excusa de que el bus salía 4:30 am), el siguiente día sería igual de animado que el anterior, con nuevos protagonistas, tal vez, pero con ese hermoso sentimiento que todos tenemos: correr la Tuna...
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