miércoles, 17 de agosto de 2011

SOBRE LA BECA HASTA NUESTROS DIAS (PARTE 1)

BECA CON "B" O CON "V"


Una de las últimas discusiones de las que pude participar (por lo menos de manera virtual) es el uso de la palabra beca, ¿se escribe con "B" o con "V", para tal respuesta (con B, por si acaso) es que deseo "revivir" un tema antiguo de mi anterior blog, que espero, os guste:


Vamos a ver primero lo que cita el Diccionario de la Real Academia Española (www.rae.es) y encontraremos lo siguiente:

BECA:

2. f. Banda de tela que, como distintivo colegial, llevaban los estudiantes plegada sobre el pecho y con los extremos colgando por la espalda. Hoy solo se usa en ciertos actos.

CHÍA:

2. f. Parte de una vestidura llamada beca, hecha de paño fino, con una rosca que se ponía en la cabeza, de la cual bajaban dos faldones, que caían uno hasta el cuello, y el otro, que propiamente era la chía, hasta la mitad de las espaldas. Era este adorno insignia de nobleza y autoridad.



 (Tuna de Derecho Valladolid, en su actuación por su XX aniversario - 2007, donde también puede apreciarse la chía)


Siguiendo con esta información, a continuación coloco un texto que narra un poco la historia de esta prenda tan importante de la indumentaria del tuno:

Sobre la Beca hasta nuestros días (mezclado un poco con la prenda de cabeza)... parte I


Como prendas típicas de los colegiales estaban el manteo y la beca, cuyos colores servían para distinguir la pertenencia del estudiante a un determinado establecimiento educativo (en Salamanca existían cuatro Colegios Mayores, veintiuno Menores, cuatro de Órdenes Militares y un buen número correspondiente a Órdenes Religiosas).

Dice Sebastián de Covarrubias de la beca que “es cierto ornamento de la chía que colgaba del cuello hasta los pies [...] y era de esta forma: una rosca que se encajaba en la cabeza, con ruedo, que salía de ella con que se cubría la cara y colgaba sobre el pescuezo y por otra parte una chía de media vara de ancho que se rodeaba al cuello y servía para cubrir el rostro. Sobre la “chía” nuestro Diccionario de la Real Academia dice que es “parte de una vestidura llamada beca, hecha de paño fino, con una rosca que se ponía en la cabeza, de la cual bajaban dos faldones, que caían uno hasta el cuello, y el otro, que propiamente era la chía, hasta la mitad de las espaldas. Era este adorno insignia de nobleza y autoridad “.

Sobre la forma de llevar la Beca, nos dice Blanco White en su Autobiografía que “se dobla por la mitad como formando un ángulo y manteniendo la doblez delante del pecho, se echan las dos mitades sobre los hombros de manera que bajan por la espalda hasta cerca de los talones. La parte que cuelga del hombro izquierdo se hace mucho más ancha a unos dos pies del extremo y en ese lugar tiene un anillo circular de madera, de una pulgada de espeso cubierto con la misma tela”. El anillo que nos refiere Blanco White recibía el nombre de rosca .

Los hábitos colegiales usaban también colores oscuros para el manteo (así negro, pardo, morado...) con variaciones en las becas, aunque a veces el manto era de color menos austero, por ejemplo en el Colegio de Vizcaya de Alcalá era blanco y en el de Santa Catalina de igual ciudad, verde. Sirvan de ejemplo estas combinaciones, correspondientes a los cuatro Colegios Mayores que existieron en Salamanca : 


1. Colegio de San Bartolomé, llamado “El Viejo”: manto pardo con beca del mismo color pendiente desde los hombros hasta los pies con su rosca y faldón, acomodando en los primeros tiempos la rosca para que cubriese la cabeza, hasta que adoptaron el bonete de cuatro puntas.

2. Colegio de Santiago el Cebedeo, llamado “De Cuenca”: manto fino morado con su cuello de lo mismo unido a él, y que dejándole abierto como una tercia se cerraba después de puesto con un corchete, beca del mismo color de una cuarta de ancho, cuyos dos ramales caían hacia la espalda por los hombros, formando por el del lado izquierdo antes de igualar con el manto un faldón adornado con una rosca cubierta del mismo paño.

3. Colegio de San Salvador, llamado “De Oviedo”: manto pardo oscuro y sin cuello, y beca de paño azul con su rosca en el faldón del ramal que colgaba del hombro izquierdo.

4. Colegio de Santiago Apóstol, llamado “El Arzobispo”: manto pardo oscuro y beca grana con su rosca en el faldón del ramal que pendía, como el de los escolares de los demás colegios, del hombro izquierdo.
 

Por su parte si los colegiales eran clérigos regulares llevaban el hábito de su Orden. En tales casos, según García Mercadal, “tenían reflejados en el nombre con que se les designaba el color de sus vestimentas, y por eso se decía que en el árbol universitario anidaban toda casta de pájaros: golondrinos (los colegios dominicos), pardales (los franciscanos), cigüeños (los mercedarios), grullos (los bernardos), tordos (los jerónimos), palomos (los mostenses) y vederones (los de San Pelayo)” . También llevaban los colores de su Orden, a más del símbolo que las identificaba en el manteo, los colegiales de Órdenes Militares.


(Información obtenida gracias a Maese Chencho de la Tuna de Medicina de Córdoba)  

2 comentarios:

  1. Super Interesante e ilustrativo, felicitaciones y gracias por investigar para estar enterado de las tradiciones de la Tuna y escolares en general.....

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  2. Un gusto leerte también por este medio mi estimado Oscar.

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