miércoles, 17 de agosto de 2011

DE ÓRDENES Y MESNADAS (INTRODUCCIÓN)

Luego de algunos incidentes suscitados en el Viejo Mundo debido a un altercado entre Maese Gallumbos y el Conde de Fuchinga Alta, dado el caso que la guerra sería inminente, es que ambos bandos formaron sus tropas, por un lado estaba la “Orden Tunae” (comandada por Maese Gallumbos) y por la otra la Mesnada del Conde, dicha guerra no sólo abarcaría la Península, puesto que ambos Señores habían mandado la correspondencia respectiva, solicitándoles a sus aliados del Nuevo Mundo la ayuda correspondiente.

Es así, que siendo el año XXIX del Señor, en la Villa de la Asunción de Nuestra Señora del Valle Hermoso de Arequipa, llega un mensajero al castillo de Maese Txalaka, quien al leer el remitente, se sintió animado pues se trataba de su gran amigo Joaquín, quien por su noble alcurnia y sus hazañas también era conocido como el Conde de Fuchinga Alta.

Sin embargo, la temprana alegría se convirtió en tristeza, cuando Txalaka leyó la misiva, y a pesar de ser un veterano en el arte de la guerra, prefería evitarla, sabía además que su amigo, el Conde, era un experto en el arte de la oratoria y si es que habría guerra, tenía la certeza que él hubiese intentado mediante todos los medios posibles (valga la redundancia) evitarla, por lo tanto, esta se tendría que deber a diferencias irreconciliables.

Inmediatamente, tomó un pliego y una pluma y garabateó rápidamente, cerró el pliego y le puso su sello, entregándole inmediatamente dicha carta al mensajero como respuesta al Conde.

Tiempo después, cuando el mensajero volvió a Fuchinga Alta (región muy rica colindante a la capital del Antiguo Califato Omeya: Curtuba, la perla de todo al-Ándalus), entrególe la carta al Conde quien inmediatamente la abrió, riendo a carcajadas exclamando: “Señor Txalaka, estaba seguro que usted no me fallaría”…

Meses después es que Maese Txalaka decide volver a escribirle al Conde, contándole los avances de la campaña en Ultramar, he aquí la carta que mandó:

LA CARTA AL CONDE DE FUCHINGA ALTA

Señor Conde,

Tal como le informé en una carta anterior, me encuentro reclutando más tropas aquí en mis dominios, con mucha alegría me place contarle que, luego de una reunión en nuestra Mesa Redonda, todos los hidalgos caballeros que moran cerca de mis tierras están prestos a luchar bajo el blasón de la Mesnada.

No fue difícil, modestia aparte, solamente al saber que vuesa merced y yo somos aliados de toda la vida, decidieron unirse a nuestra causa, y pongo mis manos al fuego por la lealtad de cada uno de ellos.

Para empezar estaré enviando a Maese Orson (mi hermano de armas en muchas lides) con un grupo de caballeros de inmenso valor, armados hasta los dientes con sus respectivos escuderos, además de un arsenal de bebidas espirituosas (diez barriles de los antiguos) y armas que deberemos de usar sólo en casos extremos.

Mientras tanto mandé como emisarios a las villas vecinas a mis propios hermanos de Orden para seguir reclutando gente, espero que los señores feudales de las villas y marcas aledañas vean la importancia del asunto, puesto que enviando a mi propia Orden para tal menester, mostramos la importancia debida para tan magna empresa.


A cargo de nuestra querida villa quedarán los señores hidalgos Trito (infantería) y Largo (caballería).

Yo por mi parte, y llevando como única escolta a mi fiel escudero Nescao, me dispongo a realizar un viaje más largo, hasta el Reino de la Gran Colombia donde cuento con aliados muy fuertes como los señores feudales Manimal y Athos, pasando antes por la Ciudad de los Reyes ya que en dicho lugar reside actualmente, otro de mis hermanos de Orden: Bob Patinho.

Estaré enviando cartas a los principados del Sur para que lleven mensajes a Maese Rottweiler, amigo de antaño y mejor caballero, y al señor Emerson, con quien tuve el gusto de pelear lado a lado hace no mucho tiempo.

De ser necesario al finalizar mi viaje a los reinos del norte, tendré que movilizarme hacia el sur, no sin antes enviar otra flota con caballeros, soldados de infantería, provisiones y armas.

Si Dios y la Virgen lo permiten, no pasará mucho tiempo hasta que podamos encontrarnos y luchar juntos por nuestra causa.

Quedo de usted.

Maese Txalaka

P.D. Señor Conde, mis espías estarán al tanto de que la flota comandada por mi hermano Orson no sea emboscada por el enemigo, sugiero tomas ciertas medidas de la misma manera en la Madre Patria.







(CONTINUARÁ...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario